La última representante femenina del tenis sudamericano en
Wimbledon, la argentina Gisela Dulko, cayó ante la rusa Nadia Petrova, décima favorita, con lo que se apagó la estrella de una de las tenistas que habían suscitado más interés este año, después de su victoria ante la rusa María Sharapova.
La argentina aprovechó bien los continuos errores de su rival durante el primer set, pero le dio vida a mediados del segundo y nada más comenzar el tercero al permitirle romper su saque, lo que le hizo ir a remolque el resto de puntos hasta acabar perdiendo por
3-6, 6-3 y 6-4."Tengo bronca conmigo misma. Yo fui la culpable de haberla metido en el partido", subrayó Dulko, de quien mucho se ha hablado estos días después de que la prensa británica considerara que destronó a Sharapova, tanto por su juego como por su belleza.
La bonaerense sigue con la espina clavada de no haber pasado de tercera ronda en ninguna de las seis ediciones de Wimbledon en las que ha participado, fase en la que se marchó, con ésta, en cuatro ocasiones.
Petrova comenzó el partido errática en un primer set en el que no pudo ni siquiera imponerse con su saque -con el que llegó a superar los 190 kilómetros por hora-, lo que le hizo quejarse consigo misma en varias ocasiones de forma ostensible.
Dulko afirmó no haber leído nada de lo publicado sobre ella ya que nunca lo hace, por lo que no se sintió presionada ante las expectativas que había suscitado su buen papel frente a Sharapova, ex líder del ránking de la WTA y ganadora de Wimbledon hace cinco temporadas.
La argentina no dio su brazo a torcer y en el tercer cuarto salvó una bola de partido, aunque en el siguiente juego fue incapaz de romper el servicio de su rival, que finalmente se impuso en una hora y 48 minutos de juego.
Pese a la decepción de no poder clasificarse para octavos de final de Wimbledon, Dulko defendió que su juego ha mejorado sensiblemente en los últimos meses, aunque admitió que todavía tiene que mejorar su revés.
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