sábado, 20 de junio de 2009

Quiere hacer más historia


Roger Federer se está haciendo una reputación de llorar con frecuencia y el suizo recuerda vivamente la primera vez que se le salieron las lágrimas tras ganar un partido.

Fue el 2 de julio del 2001, en Wimbledon, el torneo de sus amores. Con 19 años y subiendo en los ránkings, Federer debutó en la cancha central con un sorpresivo triunfo en los octavos de final ante el estadounidense Pete Sampas, entonces con 29 años, primer cabeza de serie y siete veces campeón del mítico certamen en césped.

Federer irá por su sexta corona en Wimbledon, con un cambio en el horizonte por un anuncio aparecido el viernes: No deberá preocuparse de su némesis, el campeón vigente Rafael Nadal, pues decidió retirarse del torneo por problemas en las rodillas. Fue Nadal quien hace un año lo dejó llorando al vencerlo en la final más larga en la historia del torneo, un duelo de 4 horas y 48 minutos al cual la descripción de épico la queda corto y que culminó con 9-7 en el quinto set cuando empezaba a anochecer.

Dejando atrás esa decepción, Federer está súper entusiasmado en su regreso a la Catedral del tenis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario